Vamos a ello buen día.

Amanece, lentamente aparecen las primeras luces, ha sido una larga noche, de angustia, ansiedad y anhelos. El día, sus colores y sonidos, vienen a recordarme y hacerme presente que la magia, si es lo que espero tras esta larga noche, no existe. La realidad, la vida hay que afrontarla tal y como viene, no podemos dar tintes si no nos gustan los colores, son los que son, a veces parecemos daltónicos, pero los que nos rodean con su actitud, nos ponen en el color exacto.

Se hace eterno el folio, las teclas del ordenador parecen encogerse y cada vez cuesta más pulsar las letras...  pretexto inconsciente de la vida o sencillamente los años,  la vista... o quizás el peso de la propia vida.

Hoy como cada día cuesta el comienzo, al menos en mi caso, necesito pararme, detener la máquina que gira y gira dentro de mi cabeza... Me lleva, si no lo impido a un caos, se impone la meditación,  poner orden... Para ello cómodamente sentado, no en exceso, los pies apoyados perfectamente en el suelo, las manos sobre las piernas... Hoy he decidido que sea la música, quien acompañe mi respiración y mi viaje por las imágenes que me ayudarán en la relajación.

El día es como un molino, hoy voy a poner en el molino estos ingredientes. Paz, armonía, simplicidad, agradecimiento…

Necesito en este día, ya veremos, como en casi todos, ponerme en el punto de salida. Tanto que leer, programar, escribir…

Me cuestan las planificaciones, marcar plazos…  he determinado que lo bueno para mí y pienso en ti también, es vivir día a día, El día es lo más simple, en el puedo centrar mi cabeza, decía antes que amanece y también anochece, entre un hecho y otro, sucede la actividad, programada y pautada en este espacio de tiempo es fácil manejarla. Vamos a ello buen día.